miércoles, 11 de septiembre de 2013

Trilogía Mamasan

I

Hijo — Ella dijo— tengo una pequeña historia para ti. Quién pensabas era tu papá no era nadie en realidad, tu siempre estabas solo a los trece, solo en casa. Tu verdadero papi está muerto, perdona, no lo conociste, pero estoy contenta de que hayamos hablado. Oh, ella camina despacio, por la habitación de un joven. Ella dijo —Estoy lista...para ti— No puedo recordar nada hasta este mismo día excepto el aspecto, el aspecto, tu sabes dónde, ahora no puedo ver, sólo miro fijamente. — ¿Pasa algo malo?— dijo. Por supuesto que sí —Todavía estás vivo— dijo. Oh, ¿y merezco estarlo? ¿Es esa la pregunta? Y si es así, y si es así, ¿quién contesta, quien contesta? Yo, todavía estoy vivo.



II

O si hubo un tiempo, lo admito ¿qué se puede decir? La verdad lo reviviría pero sin dolor. Oh y ahora mi amante del callejón esta acostado a un lado de la carretera, tengo una bomba a punto de explotar dentro de mi cabeza y un arma calibre dieciséis, oculta bajo mi ropa. Rezo. La verdad es que hubo un tiempo, en el que podía controlarme. Y después también hubo un tiempo, en el que podía perderme. Intento e imito, ¿Que hay de demente en eso? Estoy en eso, estoy dentro de eso, ¿Dónde debo pararme? Verano indio y yo odio el calor. Ahora mi amante del callejón duerme en el asiento trasero. Llevo mi mano al bolsillo, muy determinada y discretamente. Rezo otra vez. Crees que tengo los ojos cerrados, pero te he estado mirando todo el maldito tiempo. La verdad es que hubo un tiempo, en el que podía amarme. Pero eso ya se ha ido. Hubo un tiempo, en el que podía amarte, pero tú te has ido.



III


No ahora no pienses siquiera en alcanzarme, no voy a estar en casa. No trates, ni siquiera pienses en detenerme, la verdad ni pienses en mí, en absoluto. Hice lo que tenía que hacer, y si hubo una razón, esa fuiste tú. No pienses siquiera en entrar. Hay voces dentro de mi cabeza, voces que te remplazaron tiempo atrás. Tengo rasguños en mis brazos. Uno por cada día, desde que me desmorone en esto. Hice lo que tenía que hacer, y si hubo una razón, esa fuiste tú. Y si hubo una razón...no, no hubo razón... Y si hay algo que quieras hacer, no, por favor déjame continuar, continuar culpándote. Es bueno tener a quien culpar, es bueno tener a quien odiar. Hay huellas por todas partes ¿fuiste tú? Fuiste tú. Estas visiones que afloran de mi pecho, fuiste tú, fuiste tú...



No hay comentarios:

Publicar un comentario