lunes, 9 de septiembre de 2013

La Guitarra Sin Cuerdas



Soy el peor en lo que mejor se hacer, y por este don me siento bendecido, es tan fácil pretender y tan divertido perder - Kurt Cobain

Llega un punto de la vida humana cunado empieza una metamorfosis que convierte a toda persona que alguna vez fue recónditamente decente a ese ser etéreo y sin nombre que deambula entre las mentes perdidas buscando eso que nadie le supo dar en su otra vida, amor, respeto, calor, eso nunca se sabe pero ese alma en pena sigue ahí buscando, escarbando, suplicando podría decirse. La mayoría de las personas llegan a esta fase de sus vidas justo cuando se preparan para despedirse, pero ese no era el caso de S. No el llego a ese punto sin retorno a una muy temprana edad. El nunca encajo, nunca tuvo amigos, nada parecía interesarle, nadie parecía despertar la mínima chispa de afecto en él, ni su familia, ni nadie. Cuando S nació, nació con los ojos abiertos y no lloro. No mostro ninguna expresión ni cuando los doctores lo revisaron, ni cuando su madre lo cargo por primera vez, se quedo en silencio mirando al vacío. Esta conducta no cambio a lo largo de su vida, aprendió a hablar y caminar muy rápido, más sin embargo cuando hablaba solo decía lo justo, ni una palabra más ni una palabra menos. Si tenia que caminar solo daba los pasos necesarios. Era muy difícil verlo jugar con sus juguetes o con los otros niños, S prefería sentarse y ordenar sus juguetes de mayor a menor o por colores o por tipos o simplemente sentarse a garabatear en un pedazo de papel. Desde muy pequeño le gustaba dibujar y no lo hacia mal anqué  jamás llego a rayar una pared, o mesa o nada que no fuese una hoja de papel, todos sus dibujos tenían un titulo y jamás los dejaba olvidados por ahí. Pero esta pasión solo despertaba cuando el quería ya que cuando su madre lo inscribió en clases de pintura S perdió rápidamente el interés y dejo de dibujar por un tiempo. Esta falta de pasión caracterizo la vida de S, no importaba que sucediera el nunca decía o hacia mas de lo necesario, siempre media sus palabras de acuerdo a la situación y nunca era franco con nadie, la vida de S era lastimera y miserable pero aun así S seguía frio e imperturbable pasase lo que pasase incluso hasta el día en que la muerte le hizo una visita inesperada.

La muerte de una madre marca a cualquier niño pero no a nuestro pequeño S. Después de que su madre se fuese el siguió como si nada, pasando de casa en casa, de familia en familia. Vivió con varios tíos y tías, con sus abuelos y con un hermano, pero nunca con su padre, el cual jamás conoció pero tampoco le importaba mucho conocerlo. Paso de hogar en hogar y nunca pudo encajar, esa apatía y esa falta de emoción fastidiaba a todo el que se topara con el y hacia imposible la convivencia con otra persona por mucho tiempo. Así que paso a vivir debajo de los puentes acobijado por la luna y la estrellas, hasta que una fundación de caridad lo encontró y lo llevo a uno de sus centros, ahí no importaba quien fuera o como se comportara, ya que su hombre o su identidad ahí no importaban, en ese lugar el tan solo era el número 950729. En ese lugar retomo sus estudios que estaban atrasados pero increíblemente y a pesar de su falta de pasión y disciplina, S se convirtió en un excelente estudiante.

Pero eso no es importante en nuestra historia, fue en el colegio en donde pudo hallar su verdadera expresión en la música, en la música del rock. Y como ya se imaginaran, se volvió rico y famoso y vivió sin problemas el resto de sus días, claro eso es lo que la mayoría de la gente espera de sus vidas, pero no, la historia no pasa tan rápido, S demostró algo nuevo en el, pasión por algo, la música le encantaba, el Rock, el grunge, Nirvana, Soundgarden, Alice n’ Chains, Peral Jam, esos eran sus nuevos amigos, la nueva pasión de S mas sus habilidades natas le facilitaron el aprender a tocar la guitarra y era bastante bueno, pero a pesar de que había encontrado pasión, aun carecía de sentimientos hacia las demás cosas y las demás personas, escribir una canción le era imposible ya que no sentía nada que lo inspirase, siempre que podía se escapaba con su guitarra y empezaba a tocar tonadas de sus bandas favoritas, Black Hole Sun, Once, Smell Like a Teen Spirit, se las sabia de memoria y las tocaba espléndidamente, pero siempre lo hacia escondido, en lugares donde no lo viesen o escuchasen, y de seguir así nuestra historia acabaría aquí, pero un día se dispuso a tocar en el salón de música que estaba vacío, empezó a tocar Jeremy de Pearl Jam, cuando a mitad de la canción escucho algo que venia del armario de las guitarras, la puerta se abrió sin que S se dispusiera a abrirla, de adentro salieron dos amantes vampiros, una pareja gótica que rompió el anonimato de S. Curiosamente ellos estaban formando una banda y les faltaba un guitarra, a S no le gustaba la idea, pero tampoco le disgusto, así que acepto.

La banda era apenas decente, pero aun así se logro abrir paso a la fama y todos se hicieron inmundamente ricos, o al menos así hubiera sido de no ser que un día, durante un ensayo, una de las cuerdas de la guitarra de S se rompió, no era gran cosa solo una cuerda que cambiar, pero S no la cambio, su pasión se había ido, dejo de dibujar otra vez. Y así fue como vivió su vida, un dibujante que no dibujaba, un guitarrista que no tocaba la guitarra, una eterna guitarra sin cuerdas. Quien sabe quién es S ahora, quizás solo un numero en una lápida, tal vez un don nadie encerrado en un diminuto apartamento y con un horrendo empleo, o quizás solo una sombra viviendo eternamente en el olvido. 

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