Él
estaba sentado en casa, solo como siempre. Dibujándose sobre cimas montañosas.
El sol amarillo limón, el sol de Dallas, sus brazos señalando hacia el cielo y
los muertos yacen abajo, en charcos de barro. 16 velas se extinguen muy rápido,
a las 9:45 todas se apagan. 30 vidas maduran muy rápido, siempre con cicatrices
profundas. Pero ¿De dónde sacaste eso? ¿Cómo conseguiste eso? Nadie nació el 8
de junio del 81, nadie nació ese día. Ellos lo miraban con expectativas, le pedían
esfuerzo y disciplina, pero él ya tenía todo lo que necesitaba.
Papá
nunca le prestó mucha atención, solo
hacia lo que debía hacer, nunca hubo amor. Y el hecho es, que a mamá no le
importaba. A nadie nunca le importo
hasta que habló en clase. Todos pensaron que se trataba de un juego, solo un
juego. Pero esas lágrimas te delatan, ya no es divertido, antes lo era,
claramente recuerdo estar molestando al chico, y era tan divertido. Parecía un
pendejo inofensivo, pero nosotros
desatamos un león. Rechinó sus dientes y mordió el cañón ¿Cómo puedo olvidarlo?
Nos dio a todos un golpe sorpresa, solo pude mirar adolorido y boquiabierto,
fue tan rápido, solo pudimos llorar y temblar. Tal como el día, como el día en
que le oí hablar en frente de la clase.
Papá
nunca le dio afecto, no, y el chico era algo que mamá no podría usar. El rey malvado, gobernó su mundo. Solo hasta ese
día fue considerado una crisis, solo hasta ese día empezaron a actuar, pero ya
era tarde, ya no podrás escribir en la parte de atrás, pero no estés triste,
fue el primero, mas no el ultimo, habrá más para tu regocijo, veras más
manzanas rojas colgar de los árboles, oirás más llantos y gritos. Al igual que
los que escuchaste cuando el habló en frente de la clase.
Trata
de olvidarlo. Intenta vivir con ello, crecerás siempre con heridas profundas,
si lo sabes, sabes que en parte tú tienes la culpa, tú también estuviste ahí y
no hiciste nada. Si nuestros padres son la imagen de dios ante nuestros ojos
y ellos nos fallan, entonces ¿qué dice eso de
dios? pero no importa solo trata de olvidarlo. Trata de borrarlo. La historia
satisface tu morbosa existencia, se esparce como la sangre, impacta en las
mentes como una bala calibre 45. Trata de borrarlo, no cantes sobre eso, no más
noticias tristes, pero no puedes y nunca podrás borrarlo del pizarrón.
Jeremy
habló en frente de la clase hoy. Pero no fue el único.
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