domingo, 18 de diciembre de 2016

Poema de Casi Media Noche

A gritos me pide que olvide
Con palabras dicta el orden
Rugido de autoridad que prohíbe
Al débil susurro que incita
Sentimientos congelados en un tiempo
Casi muerto como una flor marchita

Vos quebrada implora
Pequeñas ventanas empapadas
En sueños el fantasma explora
La misma tierra pierde el aire
Las manos en sienes desgastadas
No hay futuro sin el ahora

Fragmentos solo quedan
Augurios de dolores agridulces
Deseos que el alma aquejan
Vidas que terminan en bucles
No hay fuerzas que más puedan
Solo retazos de memorias dulces

Lo que antes fue ya no es
Qué será que ya nunca fue
Nunca ire a donde estés
Fuimos dos como los junto Noé
Ahora el mero tacto causa estrés
Bendito el día en que te toqué

El sol nace y muere en un día
El sueño empieza cuando termina la vida
Amor fue y también alegría
Cenizas ahora lo que fue mi comida
Que cae la noche y la agonía
Rezo por mi gatita dormida

viernes, 28 de octubre de 2016

La Rosa

Rosa roja de rojas espinas, carmesí roció de amores perdidos, aroma floral que llama susurrante algún corazón perdido, puntas en guardia perforan la carne y tocan el alma.


El lagarto lo sabe, negras escamas y ojos rojizos, con movimientos sutiles se arrima a la rosa. El lagarto sabe de los amores perdidos, de lluvias escarlata que endulzan el aroma de la solitaria rosa de largo tallo que se alza orgulloso hacia los cielos, buscando la piedad del sol, el amor del agua. La rosa sueña con los cielos mientras su tallo emerge de la tierra negra, fría. El lagarto se entierra a sus pies, cuidadosamente se mueve entre los suelos buscando no dañar las delicadas raíces. En la fría tierra se sumerge y ahí espera.



El canto de las aves entre suena por la tierra, un canto vivo, un canto alegre, el aroma onírico de la rosa cubre hasta los espacios más recónditos de la tierra. El canto del ave se hace débil, pero no menos hermoso, el canto para y con el aroma de la flor se desvanece. Con su amor el ave nutre a la rosa y esta crece cada vez más cercad de su cielo amado.



El lagarto espera, inmóvil, inerte. Zumbido en el aire, sutil pero constante,  alas translucidas, cuerpo de carbón. La mosca busca a la rosa, su hermoso color rojo, su dulce perfume, la mosca siente hambre por la rosa. Con su vuelo enfermizo se arrima a la rosa, con cuidado de no tocar las espinas, la rosa indefensa debe soportar a la mosca que lame sus hojas y pétalos.



La tierra se abre, rápido y sin ningún aviso, sombra serpentina salta de entre las profundidades y la mosca ya no es más. En un parpadeo el zumbido se desvanece, la rosa, sus pétalos, sus hojas, están seguras. La sombra regresa a su madriguera.



El lagarto espera, inmóvil, inerte, casi que muerto. El lagarto espera.

domingo, 5 de abril de 2015

Update 1

No tengo razones ni interés en escribir nada. Pero si eventualmente retomo mis andanzas en la escritura, es mas que seguro que lo publicare aquí. Por ahora me enfocare en otros proyectos. Gracias a quien sea que lea esto. 

domingo, 13 de octubre de 2013

La espada de sangre y magia

Dicen que un hombre no se baña dos veces en el mismo rio. También es verdad que un hombre no mira dos veces las mismas estrellas. La noche, como el rio, se mueve constante e imparable. Esta noche, otra noche. El cielo es oscuro, ninguna estrella se atreve a brillar esta noche. Solo una pequeña luna menguante se deja ver tímida entre el firmamento. La oscuridad reina sobre la antigua ciudad. Las calles de piedra solo pueden ser percibidas por la irregular sensación de estas al caminar sobre ellas. Pequeñas farolas se atreven a interrumpir la oscuridad momentáneamente, pero su débil luz no es capaz de hacer mucho frente al negruzco ente de la noche. De entre las sombras se escuchan pasos. Pasos particularmente sonoros. Las débiles luces de las farolas dejaban ver, de vez en cuando, una silueta. La bella vampira se paseaba por entre las sombras en su perverso juego. Sus rojos labios ansiaban sangre fresca. Su pálida piel resaltaba en la persistente penumbra. Todo su cuerpo se movía con un sutil vaivén al caminar. Sus perversos encantos atraerían a sus víctimas al sangriento festín, tal como el flautista de Hamelín llevaba a las ratas a su muerte.

La vampira mira sin ver a un joven que la sigue sigilosamente desde ya hace varias cuadras. Una víctima ha caído en su trampa. Ella conoce bien su juego. Camina un poco más lento, sacudiendo tenuemente su cuerpo con aire seductor. Camina un poco más hasta llegar a una farola. La luz revela por completo su belleza. Con una sonrisa coqueta, la vampira se gira para ver a su pobre presa. Pero no hay nadie. La vampira mira desconcertada y a sus espaldas alguien le dice. —Una mujer tan bella no debería ser el disfraz de un demonio. Que mal, que mal. Nunca me ha gustado masacrar lo bello. Pero bueno, trabajo es trabajo— La vampira se gira rápidamente para ver espantada a quien le habla. Su sorpresa es mayor al ver que se trata de un joven. Su apariencia es extraña, casi caricaturesca. Es de baja estatura, con extremidades largas. Su cabello es negro, corto y desarreglado. Lentes cubren unos ojos oscuros con mirada perversa. En su rostro se dibuja una sonrisa demente. Sus ropas son también extrañas, viste una larga gabardina negra y de su cuello cuelga un enorme crucifijo plateado. Ella sabía quién era él. Se trataba de un cazador, ella ya se había enfrentado a estos más de una vez en el pasado, pero este en particular era diferente, algo extraño en él lo hacía aterrador. —¿Sin palabras? Oh bien, no perdamos tiempo entonces. Ariadna Fellini. Edad 700 años. Has sido condenada por la Cruz de Hierro al exterminio por tus crímenes de herejía y vampirismo. Ahora, déjame matarte bella demonio. — La sonrisa homicida se acentuaba con cada palabra que el cazador profería. Rápidamente desenfundo dos espadas y en un parpadeo salto hacia la vampira. La lucha era demasiado rápida como para ser observada por ojos humanos.

En algún lugar de la ciudad se celebraba una pintoresca fiesta de disfraces. En medio de la alevosía y el baile, un hombre decide marcharse. Su largo cabello estaba recogido en una cola de caballo. Una máscara cubría su rostro dejando ver solo unos oscuros ojos. El hombre abandona el bullicioso edificio y camina con determinación a un callejón oscuro en donde desaparece entre llamas negras y humo.

En el lugar donde estaban la vampira y el cazador ya no hay más que silencio. Rastros de sangre se ven en las calles de piedra. El joven cazador mira con aire de desilusión a la vampira que yace mal herida en el suelo. La sangre brota de sus heridas que se cierran lentamente. —Debo admitir que estoy desilusionado. Esperaba más de una bella princesa vampira. Pero bueno, terminemos esto rápido ¿Te parece?— El perverso cazador levanto la cabeza de la vampira sujetándola por el cabello. Los ojos de la indefensa súcubo estaban entrecerrados. Un pequeño hilo de sangre salía de su bella boca. El joven monstruo se decide a decapitar a la vampira, pero una explosión de llamas negras lo hace retroceder. — ¿¡Magia!? ¡Quien anda ahí!— Vocifera con rabia el cazador. Un hombre alto, de largo cabello y ojos oscuros se posa sobre la lastimada vampira. El mago levanta con delicadeza a la frágil belleza, mirándola con ojos de compasión. —Altair Basilisk. Mago de primera clase. Buscado por la Cruz de Hierro por los crímenes de herejía, brujería, entre otros. ¡Ja! Me has facilitado mucho el buscarte, hereje— El cazador mira fijamente al mago sonriendo macabramente. —Por hoy, esto ha terminado. Volveremos a vernos algún día cazador de la Cruz de Hierro, Matt Wallace. Regresa a la oscuridad a la que perteneces. — Tras decir esto el mago y la vampira desaparecen envueltos en llamas negras y humo.


El cazador se queda en silencio mientras los primeros rayos de la mañana salpican su cara. Su rostro refleja tención, pero después de unos segundos de meditar en silencio, la serenidad vuelve a su cara. El cazador limpia sus espadas ensangrentadas y las guarda de nuevo. Se marcha silbando alegremente por entre las calles de piedra. Después de unos pasos mira así atrás y ve la sangre en las calles. —Otra noche será. Hubiera sido un fiasco si el sol me quita el placer de matarla yo mismo. — Dice el cazador mientras se aleja para confundirse con las primeras personas que salen de sus casas para empezar el nuevo día. 

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Merciful Smile

La sonrisa depresiva
Tiende a ser muy impulsiva
Vamos tu puedes, deja la salir
Vamos tu sabes que quieres déjala salir
La oscuridad la iluminas
Con tu sinceridad
Vamos muéstrame esa piadosa sonrisa
Quiero verla y contagiarme con tu risa
Ríete, Ríete, Ríete
Vamos tu puedes, Ríete
Ríete, Ríete, Ríete
Úsame como tu títere
Pero al menos ríete
Tortura mi mente
Si eso te entretiene
Pero sonríe niña
SONRIE
Ríete, Ríete, Ríete
Vamos tu puedes, Ríete
Ríete, Ríete, Ríete
Disfruta de la miseria ajena
Ríete de sus penas
Vamos búrlate de la sociedad
Y de la inmunda humanidad
Búrlate de los pobres diablos
Búrlate de los tipos sarcásticos
Búrlate de los dilemas
Búrlate de mis poemas
Pero, Pero
SONRIE NIÑA
Si tú no puedes
O Si tú no quieres
O Si tú no debes
REIR
Házmelo saber
Y mis comedias dejaren de hacer
Pero por favor sonríe nena
Ilumina la oscura y siniestra cueva
Y tal vez ya no llueva

Para mi querida amiga Mercy Caro



Vacaciones Soñadas

Quieres que deje atrás todo y me vaya contigo
Vamos si no está mal la idea déjame que termine con los preparativos
Nos iremos la mañana lunes para llegar la noche del domingo
Por destino tenemos el horizonte y por guía nuestro amor
El equipaje es el sentimiento, la poesía y un poco de dolor
Mientras las estrellas brillen y  el arcoíris tenga color
Abra caminos que recorrer y los caminaremos los dos
Primero el sol o la luna, que importa mientras estemos juntitos tu y yo
Escucharemos el viento trovar con rimas lastimeras y los cantos de los grillos
Solos tú y yo y quizá una buena canción
Una donde te pueda describir toda mi pación
Y ahora me iré contigo en la noche porque esa es mi decisión
La vida es un viaje sin retorno y sin escalas
Y yo quiero viajar junto a ti y volar con tus alas
Irme contigo ahora y siempre, no me aguanto las ganas
Tenemos todo un planeta para pasear
Y todo un universo para soñar
Una sola vida no alcanzara para poderte amar
Un solo instante bastaría para perderte
Me desespera que juegues a esconderte
Pero porque te quiero aprendí a conocerte
Y ahora sé que no te iras sin al menos despedirte
Pero eso sí, no esperes que te dije ir sin tratar de detenerte
No te asustes no te forzare, solo te enamorare de mi
Hare que sientas todo lo que yo siento por ti
Jamás admitiré que te perdí
Porque ya has de saber que sin tu cariño
La vida se me haría añicos
Disfruta, nena, disfruta el viaje
Si la marcha te agota bajaremos el kilometraje
Si de mí te aburres me pondré otro traje
Y si te quieres ir te llevare por donde te traje
Para que recuerdes que alguien te amo
Para que recuerdes quien te amo
Para que recuerdes que ese tipo soy yo.



Trilogía Mamasan

I

Hijo — Ella dijo— tengo una pequeña historia para ti. Quién pensabas era tu papá no era nadie en realidad, tu siempre estabas solo a los trece, solo en casa. Tu verdadero papi está muerto, perdona, no lo conociste, pero estoy contenta de que hayamos hablado. Oh, ella camina despacio, por la habitación de un joven. Ella dijo —Estoy lista...para ti— No puedo recordar nada hasta este mismo día excepto el aspecto, el aspecto, tu sabes dónde, ahora no puedo ver, sólo miro fijamente. — ¿Pasa algo malo?— dijo. Por supuesto que sí —Todavía estás vivo— dijo. Oh, ¿y merezco estarlo? ¿Es esa la pregunta? Y si es así, y si es así, ¿quién contesta, quien contesta? Yo, todavía estoy vivo.



II

O si hubo un tiempo, lo admito ¿qué se puede decir? La verdad lo reviviría pero sin dolor. Oh y ahora mi amante del callejón esta acostado a un lado de la carretera, tengo una bomba a punto de explotar dentro de mi cabeza y un arma calibre dieciséis, oculta bajo mi ropa. Rezo. La verdad es que hubo un tiempo, en el que podía controlarme. Y después también hubo un tiempo, en el que podía perderme. Intento e imito, ¿Que hay de demente en eso? Estoy en eso, estoy dentro de eso, ¿Dónde debo pararme? Verano indio y yo odio el calor. Ahora mi amante del callejón duerme en el asiento trasero. Llevo mi mano al bolsillo, muy determinada y discretamente. Rezo otra vez. Crees que tengo los ojos cerrados, pero te he estado mirando todo el maldito tiempo. La verdad es que hubo un tiempo, en el que podía amarme. Pero eso ya se ha ido. Hubo un tiempo, en el que podía amarte, pero tú te has ido.



III


No ahora no pienses siquiera en alcanzarme, no voy a estar en casa. No trates, ni siquiera pienses en detenerme, la verdad ni pienses en mí, en absoluto. Hice lo que tenía que hacer, y si hubo una razón, esa fuiste tú. No pienses siquiera en entrar. Hay voces dentro de mi cabeza, voces que te remplazaron tiempo atrás. Tengo rasguños en mis brazos. Uno por cada día, desde que me desmorone en esto. Hice lo que tenía que hacer, y si hubo una razón, esa fuiste tú. Y si hubo una razón...no, no hubo razón... Y si hay algo que quieras hacer, no, por favor déjame continuar, continuar culpándote. Es bueno tener a quien culpar, es bueno tener a quien odiar. Hay huellas por todas partes ¿fuiste tú? Fuiste tú. Estas visiones que afloran de mi pecho, fuiste tú, fuiste tú...